De izda. a der. Midiala, Rolando, Moraima, Julio, Deyanira,
Blanca, Prof. Miguel Angel, Nieves, Yamila, Napoleón, Raisa,
Gerardo, Hirdegal y Jorge Luis.
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Mis lecturas favoritas de la niñez fueron entre otras, las obras fantásticas del
gran Julio Verne y “La
Maquina del Tiempo” de H.G Wells. La de Wells particularmente me atrapaba por esa maravillosa posibilidad de viajar en el tiempo, tanto al pasado como al
futuro. Dos dimensiones materialmente imposibles para los humanos, sumidos
profundamente en el día a día y en el aquí y el ahora. Para muchos, el “pasado”
es algo que no queremos evocar, para evitar momentos duros de nuestras
existencias, el “futuro” que se va acortando y convirtiendo en el concepto de
lo “incierto” a medida que vamos cumpliendo años. Cuando iba arribando a las inevitables etapas
de crecer, asumí que esa máquina del tiempo que llamamos vida,
es una suerte de juego entre perdidas y recuperaciones de espacios, personas y
sensaciones que van completando mi mapa. Recientemente tuve la oportunidad de
montarme en el invento de Wells, gracias al mágico aquí y ahora que habito, donde
cada año el planeta se vuelve una “aldea global” más pequeña, por el alcance de
las redes sociales y pude reencontrarme con personas cruciales en mi vida.
Personas con las que me subí al tren que me llevaría de mis tempranos once años
de la niñez a la adolescencia y después a la juventud, en un contexto en el que
nuestro país natal había decidido por decreto, aislarnos de nuestras familias
en un sistema casi carcelario, evocando manipuladoramente al apóstol Martí,
para explotarnos como mano de obra en campos de naranjas y con eso, pagar por
adelantado nuestro futuro como los científicos y profesionales que
construiríamos el “glorioso futuro de la
Patria”. Dicho así, parecería un sino trágico a priori, pero esa etapa, me enseñó a sobrevivir en las circunstancias
más adversas, amén del conocimiento valioso que muchos profesores me legaron.
Esa generación que iniciamos nuestro destino vocacional en el lejano 1983, se
dispersó por Universidades e Institutos Superiores de la isla. Otros de los que
vestimos ese azul en el 76, se subieron a un barco con boleto a costo de
mítines de repudio, huevazos y montajes populistas de chantaje ideológico, provocados
por la crisis del Mariel en 1980, el año de nuestros primeros 15 de vida.
Quince años que estuvieron marcados por el miedo y la angustia del “nunca más”, el tiempo de las primeras
pérdidas, pero también del despertar del amor, de las descarguitas, del primer
beso y de la cabeza recostada en el hombro, bailando suavecito con un Roberto
Carlos, un Julio Iglesias o un Feliciano, prohibidos en la radio, con la luz
bajita. El tiempo de nuestra graduación universitaria, coincidió con otra
convulsión: La Perestroika soviética. Muchos pensamos que nuestro socialismo
tropical daría un timonazo hacia algo más parecido al mundo real, donde “sin perder las gloriosas conquistas que
habíamos alcanzado con la construcción del hombre nuevo” transitaríamos a
una economía menos planificada, más exitosa y donde “cada cual recibiera según su trabajo y según su talento”. El
Capital estaba ahí. Jóvenes formados sin “la
mancha del pecado original del capitalismo” de nuestros padres, en escuelas
vocacionales como la nuestra: La Carlos Marx. Ubicada en una cimera vista de la
Atenas de Cuba, en la que muchachos de pequeños pueblos y municipios yumurinos,
teníamos las herramientas necesarias para dejar atrás el tercer mundo o al
menos, subirnos al segundo. Nuestros primeros años de ejercicio de la
profesión, se debatieron entre aplicar conocimientos académicos y técnicas de
supervivencia cotidiana, en un llamado “Período
Especial en tiempos de Paz” que fue una guerra literal contra el hambre y
una batalla de ideas para delinquir sin
ir presos. En esos años nacieron muchos de nuestros hijos y nos
graduamos de buenos padres y guerreros del trapiche y la calle… Y también
comenzó la desbandada. El capital científico, médico, artístico y filosófico de
la Carlos Marx, comenzó a irse a donde fuera. A cualquier latitud donde
nuestros conocimientos redituaran el frutos de nuestro sacrificio, de nuestras
noches de literas y colchonetas, de chícharos aguados, spams rusos y ampollas
en las manos por chapear naranjales. Así Miami (destino natural de los cubanos),
España, Canadá, México, Venezuela, Ecuador, Italia, Dinamarca, Suiza, Suecia, Angola y Australia, entre otros, se convirtieron en receptores de ese capital
marxista-criollo. Uno de los grandes conceptos de la obra cumbre del teórico del
socialismo, que le dio nombre a nuestra escuela, fue definir la Plusvalía como el motor que incentiva el
crecimiento de la feroz economía del capitalismo, entendida como el residual
entre la inversión primaria y las ganancias que se generan. Nosotros fuimos parte
de esa gran inversión de Cuba, pero no nos conformamos con una plusvalía de
medallas, diplomas y discursos huecos que nos instaban a trabajar por el bien
de todos. Mientras más preparados estábamos, menos ganábamos y éramos menos
felices. Cada logro era premiado con más sacrificio y así, ni al propio Carlos
Marx le habrían salido las cuentas. Quemamos naves como Hernán Cortés y
decidimos vivir lo que nos queda por vivir, a nuestra propia cuenta y riesgo.
Asumiendo que el título que colgamos con orgullo en la pared, podía ser una
reliquia más, algo que no nos serviría para coronar el sueño emprendido entre
regadíos y cortinas rompe-vientos. Llegamos al sistema diametralmente opuesto a
nuestra doctrina y ¡Oh, sorpresa…! ¡El lobo no es tan feroz como lo pintaban! Aquí,
los límites te los pones tú mismo y el bloqueo está en tu mente, no en tu
espacio. Aquí la información es información y tú decides si es buena o mala por
lo que te aporta, pero además, comprendes que la información es PODER. Aquí la libertad, es tu derecho a decidir por
ti mismo, primero por tu bien propio, sin afectar el bien de los demás. Donde
tus sueños y tu trabajo, te llevan a donde quieres llegar y tu esfuerzo e ingenio
produce las recompensas que esperas. Donde conceptos malévolos como la “ambición”
no son más que la traducción de tus ganas de crecer y no de una perversión por
tener desmedidamente. Muchos tuvimos que hacer cosas para las que no estábamos
preparados y la necesidad nos hizo tragarnos el orgullo doctoral e ingenieril,
pero al menos tuvimos la esperanza de que “sí
se podía” y se pudo… Y se puede. El exilio de nuestra generación, de ese capital
que tanta falta le hace a la patria, está lejos de ella y en “suelo enemigo”. Hemos tenido que reinventarnos
un país, un hogar, una familia, un parque y hasta una propia mata de mangos.
Hemos tenido que dejar hijos atrás y privarnos de darles el beso de las buenas
noches por años, para poder verlos felices después. Llevamos pasaportes ajenos
y juramos defender al nuevo suelo “aún en
contra” del que nos vio nacer, porque ese no nos da lo que merecemos por derecho propio.
¿Qué habrían pensado de esto en los 80’tas, nuestros instructores de los círculos
de estudio de la juventud?. Somos de una isla, con la maldita circunstancia del
mar por todas partes de la que hablaba Virgilio Piñera. El mar que es el
elemento de Neptuno, el Dios mitológico que devora a sus propios hijos y en
nuestro caso, ya ha devorado a tres generaciones. Los que nos fuimos pudimos
romper por un instante ese designio. Nos reunimos libre, espontánea y
mágicamente. Nos subimos en nuestra máquina del tiempo y nos volvimos a ver, a
tocar, a abrazar, a reír, a asombrar, a recordar nombretes, anécdotas, pero
sobre todo a preguntar por los demás, por esos que no estaban allí, en el patio
y la terraza de Nieves, pero que poco a poco se van sumando a un chat de la internet,
que nos acerca en espíritu, que nos da los buenos días y las buenas noches, que
nos arranca una sonrisa o una lágrima, que nos da una esperanza. Todos ya pasamos
la barrera de los 50 años. Canas, libras y arruguitas así lo corroboran, pero
nuestras miradas, nuestros corazones y nuestro pasado común, sigue teniendo los
mismos bríos de los 11 años en la Henry Reeve, el inglesito, que en realidad
era americano. ¿Quizá aquello no fue una premonición de que nuestro destino
sería vivir en su tierra? No lo sé. Ya sea por la tierra de Reeve o por el Capital
de Marx, nos hemos unido y se respira felicidad. Los de la Carlos Marx
conservamos su capital y aún podemos invertirlo en nosotros mismos. Apenas
estamos viviendo la primera mitad de nuestras vidas y aunque no todo es color
de rosa, al menos tiene mejor color que nuestros mejores años y que el de las
fachadas de nuestros pueblos de origen. Citando a H.G. Wells con quien comencé
este escrito “El tiempo es una invención
humana, que transcurre a pesar de nuestros deseos, pero que no puede viajar más
lejos que nuestra imaginación” Y quiero imaginarme seguir mi viaje junto a
ustedes. Ahora que nos tenemos, no nos perdamos, ahora que nos recuperamos, no
nos soltemos. Y termino evocando a nuestros ancestros africanos, dice Ifá: “Si quieres llegar rápido, viaja solo, pero
si quieres llegar lejos ve acompañado”
A mis queridos Crakc-los
Marxianos del 83:
- Julio Renato Sánchez. Colón. Licenciado en
Psicología. Actualmente Behavior Analyst. Miami FL.
- Blanca M. Avalos Cruz. Colón. Ingeniera Química. Actualmente Auxiliar Controller-GREC. Miami.
- Rolando M. Roque. Colón. Ingeniero Civil. Senior Proffesional Engeneer in Miami Dade Wather & Sewer Department. Miami
- Nieves María Marrero. Colón. Licenciada en Derecho. Actualmente Inmigration Specialist Lutheran Services Florida. Miami.
- Deyanira Brunet Zamora. Colón. Licenciada en Informática. Actualmente Pharmacy Technician Instructor at Florida Vocational Institute. Miami.
- Hirdegal del Peso Cardoso. Colón. Médico Veterinario. Actualmente Costumer Service at Publix Supermarket. Miami.
- José Alberto Domínguez Rodríguez. Bolondrón. Doctor en Estomatología. Especialista en Prótesis. Master en Salud Bucal Comunitaria. Actualmente Profesor del Instituto Politécnico de Benguela. Angola.
- Raisa Manuela Rivero Gutiérrez. Colón. Doctor en Estomatología. Actualmente Asistente Dental. Miami.
- Osmani Villegas Sánchez. Colón. Doctor en Medicina. Especialista de Primer Grado en Coloproctología. Master en Medicina Evaluadora por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente M. Familia Cap. Ernest Lluch, Figueres. España.
- Moraima García Hernandez. San José de los Ramos. Doctor en Medicina Veterinaria. Actualmente Veterinary Technician. Miami.
-Midiala Inda. San José de los Ramos. Colón. Licenciada en Educación con Especialidad en Construcción Civil. Actualmente Estilista. Miami
- Napoleón Fonte. Colón. Graduado y Master en la Vida. Doctorado en alegría y buen Corazón. Actualmente Transportista de Carga Pesada. FL
-Jorge Luis Sánchez Noya. Calimete. Licenciado en Teatrología y Dramaturgia. Actualmente Guionista de Cine y Televisión. Miami FL.
- Blanca M. Avalos Cruz. Colón. Ingeniera Química. Actualmente Auxiliar Controller-GREC. Miami.
- Rolando M. Roque. Colón. Ingeniero Civil. Senior Proffesional Engeneer in Miami Dade Wather & Sewer Department. Miami
- Nieves María Marrero. Colón. Licenciada en Derecho. Actualmente Inmigration Specialist Lutheran Services Florida. Miami.
- Deyanira Brunet Zamora. Colón. Licenciada en Informática. Actualmente Pharmacy Technician Instructor at Florida Vocational Institute. Miami.
- Hirdegal del Peso Cardoso. Colón. Médico Veterinario. Actualmente Costumer Service at Publix Supermarket. Miami.
- José Alberto Domínguez Rodríguez. Bolondrón. Doctor en Estomatología. Especialista en Prótesis. Master en Salud Bucal Comunitaria. Actualmente Profesor del Instituto Politécnico de Benguela. Angola.
- Raisa Manuela Rivero Gutiérrez. Colón. Doctor en Estomatología. Actualmente Asistente Dental. Miami.
- Osmani Villegas Sánchez. Colón. Doctor en Medicina. Especialista de Primer Grado en Coloproctología. Master en Medicina Evaluadora por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente M. Familia Cap. Ernest Lluch, Figueres. España.
- Moraima García Hernandez. San José de los Ramos. Doctor en Medicina Veterinaria. Actualmente Veterinary Technician. Miami.
-Midiala Inda. San José de los Ramos. Colón. Licenciada en Educación con Especialidad en Construcción Civil. Actualmente Estilista. Miami
- Napoleón Fonte. Colón. Graduado y Master en la Vida. Doctorado en alegría y buen Corazón. Actualmente Transportista de Carga Pesada. FL
-Jorge Luis Sánchez Noya. Calimete. Licenciado en Teatrología y Dramaturgia. Actualmente Guionista de Cine y Televisión. Miami FL.
Y tantos otros donde
quiera que estén…
EL NOYA